Los tarifazos de luz, gas y agua condicionan a los propietarios de pubs, teatros, centros culturales y cualquier otro lugar para tocar música.
El costo de esos servicios pone en riesgo todo el circuito artístico, y distorsiona los convenios laborales y cualquier entendimiento contractual entre empleadores y artistas.
Ante sombría realidad, quienes optamos por la música como oficio digno de subsistencia, acudimos muchas veces y no siempre por convicción, a trabajar en transportes públicos o esquinas pobladas, aceptando por salario la voluntad y/o posibilidad económica del ocasional escucha.
A pesar de esta realidad, que transforma nuestra labor en la de cuasi mendicantes, nos exponemos además a que recurrentemente las autoridades locales, en cualquier lugar del país, nos interpele, nos persiga, nos prohíba o como acaba de suceder con el músico marplatense Gabriel Bonomo nos detenga y nos secuestre los instrumentos.
Se hace difícil pensar que la sociedad de la que somos hijos y como artistas sus intérpretes y recreadores, haya votado un cambio en el cual nuestras expresiones queden hoy al margen de la ley.
Probablemente ello sea resultado de decisiones disciplinadoras a expresiones que desoyen los mandatos del mercado- la industria de la música es mejor negocio que la minería y la pesca juntas-y entonces los empresarios que nos gobiernan busquen de este modo emprolijar los porotos de este rubro como lo hacen con los otros, tarifazo incluído.
En cualquier caso los músicos en particular y la sociedad en su conjunto debemos decir basta a estos atropellos.
Porque el País no es una empresa, la cultura no es un bien de mercado y la música no es sólo una industria, y quienes piensan esto último que entonces empiecen por respetar los convenios de cualquier rama de la producción, que hoy peligran ante la desprotección estatal y los embates de la importación indiscriminada.
Basta de perseguir músicos, de cercenar libertades y de tratar a los ciudadanos como meros clientes/consumidores.
Basta de mentiras y justificaciones. Este no es el cambio prometido. Es un fraude al voto popular.
Gustavo Zurbano
Nancy González
Juan Torillo
UdeMus (Unión de Músicos en CTA)